
Tribus urbanas
Son jóvenes que han invadido las ciudades, captando la atención de la sociedad y de los medios de comunicación gracias a su particular estilo de vestir y pensar. Estos grupos están conformados por jóvenes entre 12 y 22 años.
Yo creo que todos conocemos aunque sea algo pequeño acerca de lo que son las tribus urbanas, quienes la componen, que piensan. De hecho muchos de nosotros diariamente convivimos con chicos que pertenecen a alguna tribu.
Frente a estos adolescentes, muchas veces nuestra reacción puede ser de rechazo o de alejamiento, ya que no compartimos lo que hacen, y encontramos incorrecto su forma de vestir y de afrontar la vida, de hecho creo que a veces los marginamos y juzgamos sin ni siquiera conocerlos.
La pregunta en la que reflexionaremos es la siguiente: ¿Será correcto que cuando alguien diferente (sea pokemon, emo, hardcore, flayte, otaku, visual, gótico, neonazi, punk, etc.), entre a la iglesia, se le margine y se le aparte, mirándolo como un bicho raro?
Yo creo que todos van a responder “por supuesto que no”, de hecho estarán pensando “pero que pregunta más ridícula y obvia”.
Bueno déjenme decirles que no es algo tan “obvio”, todos decimos si, debemos aceptar al que es distinto a nosotros, debemos acogerlo… pero en la práctica no pasa eso y al contrario, nos refugiamos en nuestros grupos y no queremos que nadie nos saque de nuestra comodidad, ni siquiera para dar la oportunidad de entablar conversación con alguien que es distinto a ti.
Todo esto lo digo porque lo he visto, lamentablemente he visto que cuando llega una persona nueva y distinta nadie se acerca, todos la mira de re ojo, analizando cada una de sus acciones, apartándola o simplemente ignorándola.
Sinceramente me da entre rabia y tristeza, porque a veces nosotros somos los que alejamos a las personas de las iglesias, con nuestros prejuicios y tradiciones. Si bien todos tenemos prejuicios y opiniones de la gente, pero te digo algo, nosotros hemos conocido a Cristo, quien por amor se hizo hombre para morir por cada uno de nuestros errores y así pudiésemos ser libres. Ese amor no es para que solo lo disfrutemos nosotros, sino para compartirlo con aquellos que también lo necesitan.
Revisemos nuestra vida y como estamos actuando. ¿Somos agentes de bendición y vivimos mostrando el amor de Dios o simplemente estamos metidos en nuestros prejuicios, alejándonos de aquello que nos saca de nuestra comodidad?
Recuerda, es hora de impactar y no solo con palabra, sino que con acciones…
Pablo nos dice en 1° corintios 9:22 “Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve alguno”…
1 comentario:
toda la razón prima... al final en vez de q la gente nueva se kede, al no integrarlos se sientes solos y se van...ya ha pasado mucho...pero todavía es tiempo de cambiar eso...muchas bendiciones...bye.
Publicar un comentario