domingo, 5 de abril de 2009

¿Se estará volviendo la iglesia una empresa?


Podemos entender que una empresa es un organismo social que se integra por personas, técnicos y materiales. El objetivo fundamental es la obtención de utilidades o prestar servicios a la comunidad, generalmente las empresas son creadas con fin de lucro y para lograr ese objetivo buscan formas de seducir a las personas para que compren sus productos, buscan mano de obra mas barata para abaratar costos y utilizan una serie de técnicas políticas, publicitarias, etc., sin importar lo ético para lograrlo.
Cuando pensamos en empresarios, lo primero que se nos viene a la cabeza son personas bien vestidas, respetadas, con mucha sed de poder y dinero, personas que no les importa el resto, para ellos el fin justifica los medios, total la cosa es llegar a producir y sacar buen billete de eso. Además estas personas tienen empleados y obreros a su cargo, los empresarios son respetados y generalmente no dejan que los critiquen.
Sinceramente creo que muchas iglesias se han convertido en meras empresas, pastores que piensan que lo que hacen es un trabajo mas, que el objetivo es poder ganar algunos pesos y poder crecer en rango, pastores que creen que lo principal es agrandar el templo, tener buenos instrumentos, una buena fachada, ojala que la iglesia sea una de las mas grandes, ya que así se ve el nivel de espiritualidad y de crecimiento de una iglesia.
No estoy diciendo que agrandar el templo o querer crecer como iglesia este mal, al contrario si existe la posibilidad de hacerlo, genial. Lo que quiero decir es que muchos pastores han olvidado su norte y objetivo, se han dejado influenciar por el consumismo, la apariencia y el estatus de querer ser alguien importante y reconocido dentro de esta sociedad. Las ovejas ya no están siendo pastoreadas, sino que solo están siendo llenadas con palabras lindas y tranquilizadoras de conciencia.
Yo creo que esto pasa por una cuestión de llamado, creo que la emocionalidad o la “moda” de ser ministro o pastor esta jugando en contra, vemos muchas personas que entran a estudiar y quieren ser pastores porque escucharon alguna predica linda, o porque se ve entretenido, el pastor tiene que ser una persona llamada y respaldada por Dios y no simplemente alguien al que le guste el ser pastor.
Créanme que mi idea no es ridiculizar ni blasfemar a los pastores, pero eso es lo que están proyectando actualmente las iglesias, iglesias empresas que tratan a los miembros como trabajadores y no hermanos, ni ovejas a las cuales pastorear.
Pero dentro de esta empresa, también encontramos otros actores. Ahora tenemos a los gerentes, o mejor dicho los diáconos, personas que dentro del cuerpo de Cristo, son aquellas que ayudan al pastor y sirven a la iglesia, pero muchos de ellos se creen el cuento y hacen lo que quieren, se creen en un pedestal más alto que el resto, no respetan a nadie. No quiero generalizar, porque se que la mayoría de ellos no son así, pero los hay y no son pocos.
Finalmente tenemos a la clase trabajadora, aquellos que escuchan, no opinan nada, se dejan llevar, aceptan lo elogios desde el pulpito, no reconocen errores, y creen que aparentar estar bien es la mejor forma de quedar bien con el jefe o con los demás, ya que el que menos problemas tiene es el que esta mas cerca de Dios.
Y por que no mencionar lo que pasa en toda empresa, los famosos pitutos, Familias antiguas o influyentes dentro de la iglesia, aquellas que dan el diezmo más alto y a las que no se puede tocar, en fin, podría seguir y seguir.
Estamos ante una situación bastante complicada, por lo menos para mi esto es una triste realidad y es hora de despertar y hacer algo.
La iglesia no debe ser una empresa, la iglesia es el cuerpo de cristo, debemos ser imitadores de Cristo y no de los hombres, muchas de las iglesias se han amoldado a este mundo y han dejado entrar todas sus prácticas, sin ni siquiera detenerse a ver si esta bien o mal lo que hacen.
Este es el tiempo de cambiar eso y que esta generación seamos lideres servidores, que así como Jesús, impactaron la sociedad no solo con las palabras, sino metiéndose dentro de la sociedad, conviviendo con las personas y conociendo sus problemáticas.
Ser pastor es más que un puesto, es una responsabilidad de ser el ministro de Dios, es una autoridad colocada por Dios, para pastorear, cuidar y guiar a las ovejas.
Y la iglesia somos todos, somos el cuerpo de Cristo, para impactar la sociedad, para llevar el mensaje de Dios, viviendo cada día el evangelio, no solo los domingos, sirviendo a Dios y los unos con los otros.